Como en ella, a veces me da por recordar y anhelar lugares, momentos y situaciones del pasado: A veces para cambiarlos, otras solo para volver a vivirlos por la alegría y las emociones que me generaron en aquel momento.
Lo confieso: Recordar que no se puede volver a un punto de partida me genera tristeza. Sobre todo cuando sentís que ya no sos la misma persona que atravesó esa situación y que, lo que pasó, inevitablemente te cambió (no necesariamente para “bien”).
Como en la canción, en muchas ocasiones me he sentido como un punto ínfimo, silenciado en medio de la multitud. Y sin embargo, coincido en que no hay mejor lugar que mis adentros para aislarme del ruido y escucharme y entenderme. Y comprender que aunque cambié, también crecí de alguna forma.
Que como dice Silvio, quizá ya no sea yo cuando me encuentren. Pero que de eso, pienso, se trata vivir.
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