junio 27, 2011

Crónica de la histeria colectiva

*La autora entra en un lapsus, advirtiendo que lo siguiente es solo una manera de ver los hechos de esta mañana*

Los alumnos respiraban tranquilidad y café con pan; mientras, quienes tenían mayor suerte, degustaban desayunos completos.

Algunos leían y otros charlaban o bromeaban, todo parecía normal. La autora leía acerca de la ruptura en la normalidad para que algo se convierta en un hecho noticioso, y precisamente íbamos a vivir el mejor ejemplo de una normalidad perdida.

De repente, me ví perdida, corriendo en medio de una multitud que también corría desorientada, huyendo de quién sabe qué. Los alumnos se doblaban y gritaban, algunos con los oídos tapados, otros con las bandejas de comida en vaivén armonioso con sus manos agitadas. El hambre no perdonaría.

Atrás quedó el interés por el dinero y el amor de sus congéneres; los novios corrieron más rápido que "sus princesas", pues importaba más salvar su vida. Es simple, el instinto de supervivencia se apoderó de la generalidad ante una amenaza desconocida en un primer momento.

Quienes cargaban sus alimentos parecieron tener que tomar la decisión de la comida o la vida... Y la suciedad posterior a la fallida alarma, daba fe de la elección de estos individuos (ésto, sumado al hecho de que, los últimos de las filas disgregadas sufrieron el impacto de comida y bebida, con suerte, en sus rostros).

Volaron tamales, chocolates, café y pan. Además de los gritos incomprensibles de la mayoría que se apuñaba y escapaba a aplastarse por el interés de ser el primero en salir.

Las encargadas del lugar no se quedaron atrás, y en palabras de un compañero, cual pingüinos en pleno Polo Norte, se aventaron de su acostumbrado puesto atrás de las vitrinas de comida, en busca de una salida ante lo inesperado: Un tambo de gas amenazaba a los presentes al tomar fuego.

Y aunque al final nada sucedió, fueron testigos dolorosos las varias carteras abandonadas en las mesas, las bebidas arrojadas al suelo, un plato quebrado, víctima de traumatismos por los cientos de pies que se activaron en la alarma, una bandeja con los restos de un desayuno.... Se lograba distinguir un huevo con ejotes desfigurado y moldeado a la medida de dos posaderas que recorrieron su ser, además de un tamal utilizado al parecer, como patineta por un desafortunado estudiante que resbaló en su desesperación.

La adrenalina alcanzó niveles distintos en cada persona. Algunos creían estar en Olimpia, en la vuelta definitiva de la carrera por el gran premio, de manera tal que a fuerza de sus brazos agitados en manera abrupta y pura voluntad en el caso de otros (véase Carlos Hernández) lograron escapar de las invisibles llamas y la silenciosa explosión que cortó la tranquilidad por algunos minutos.

Y mientras la comida voladora era observada por los curiosos y los supervivientes, nos sobrevivió la risa al recordar los gritos, la corrida, los minutos posteriores al incidente. Era un buen momento para reflexionar en cómo los comportamientos se generalizan y el pánico se hace un bien público. Y también para recoger lo olvidado, o comentar lo sucedido, porque total, solo fue el susto.

PD: También vimos la urgente necesidad que nos capaciten para saber actuar en estos casos, la necesidad de un buen extintor y bandejas con cinturones de seguridad para la comida (digo, porque esos desayunos arrojados al suelo fueron un desperdicio).

*Sale del trance*

junio 19, 2011

Mini historias (1.0)

Bajando de intensidad, retornando a las cenizas de lo que quedó aquel día como prueba del amor que sentía Amalia.

Amalia nunca había sido la preferida, ni siquiera la opción situada después del último asiento. Y sin embargo, fue la primera en tener acceso a su corazón.

Él, lo creía un corazón con paso cerrado, estructuras caídas al punto de amenazar y cortar el tránsito por los senderos más limpios de su alma. Esos espacios donde el odio, el ego y la desolación aún no habían llegado, por lo que se mantenía de un tono café claro, emulando a la claridad de su mirada.

Pero Amalia, se propuso llegar adonde ninguna otra había intentado llegar. Su impulso sería esa ternura inmensa que le había irradiado desde la primera vez que se encontraron, por casualidad, sentados esperando que llegara lo mismo. Hasta que decidieron no esperar más por algo que no iba a llegar sin que ellos fueran tras dicho sueño.

Y cuando lo encontraron, al final de tanta búsqueda, el resultado fue bizarro y un tanto esperado por los acontecimientos que ya habían sucedido a lo largo de ese año y meses: Él, sorprendido hasta en lo más profundo de sí, por encontrar en Amalia lo que buscaba sin saber y que luego, se le hizo tan necesario como respirar y asistir puntualmente a su lugar de encuentro.

Y Amalia, saltando desde su acostumbrado lugar en lo más recóndito del alma, hacia la apertura de un espacio libre de odio, de ego y de la desolación que era característica del otro. Abriéndose paso entre las posibilidades por el simple hecho de ser quien era, sin más explicación.

Nunca supieron que tenían, o de lo que carecían. Simplemente se dedicaron a soñar y a vivir ese sueño por el que tanto habían luchado. En sus lugares solo quedaron las hojarascas de aquel atardecer, cuando por fin, sus almas resonaron al unísono*

*Soul Eater... #UGC

junio 17, 2011

Las lecciones que no aprendemos

Esta mañana, más despierta que de costumbre, ingresé a la universidad con la ansiedad de un parcial a pocos minutos.

Mi sorpresa fue encontrar literalmente tapizado el edificio de Idiomas y Filosofía con promoción electoral. Si, el lunes son las elecciones de representantes estudiantiles.

No es nada nuevo, ya lo sabía. Creí presentirlo al ver una gran manta celeste recibiendome cerca del mismo edificio, y luego una muralla de papeles donde se intercalaban los nombres de mis opciones, de esas opciones que me ofrecen cielo y tierra para marcarlos en la papeleta y hacerlos acreedores del poder y de la responsabilidad de representarme de la mejor manera, haciendo proyectos, planteando propuestas para que mi vida de estudiante sea provechosa.

Recuerdo a estos estudiantes en mi mente durante las marchas del Primero de Mayo o el 30 de julio, reclamando y gritando consignas, entre las que destacan la falta de cumplimiento de promesas electorales de parte del gobierno. Los acusan de corruptos, de que hacen política para velar por sus intereses personales... de engañar "al pueblo".

Y al verlos a ellos, no sé porque me provoca colocarles un espejo que refleje no solo su silueta, sino también lo que están haciendo. Y asi se den cuenta que los politicos reconocidos y los padres de la patria no son los únicos descarados que prometen y no cumplen.

Me da risa. Simplemente se me hace risible ver la degenerada manera en que concebimos la política como una lucha de niñas, con jalones de cabello y rayones con la uña larga del dedo indice con la que señalan a su opositor como la peor peste que puede existir.

No, no soy apolitica. Nadie lo es. Pero quisiera ver otro tipo de propuesta, algo propositivo, no destructivo y poco productivo. Quiero ver debates académicos en mi universidad, proyectos ya preparados para lanzarse a aprobación, autoridades conscientes que no necesitamos comunicados de prensa, sino pupitres, buenas instalaciones y apoyo para el desarrollo de nuestras carreras. Que daría porque en periodismo, por fin, los estudiantes pudieran practicar en buenos laboratorios de radio y televisión.

La mediocridad es para quien la quiera. La falta de recursos no debe ser limitante, excusa o lo que sea para comenzar a trabajar por la U, porque algo se puede hacer. Pero pelear en todos lados (hasta en Facebook), tirarse indirectas, lanzarse dardos con veneno y tapizar una universidad con papeles, que ya de por si casi siempre esta sucia, como que no.

"El pueblo", mis amigos que van para esta contienda, no está dormido, están observando. Y creánme que ahí están, si bien no todos pero buena parte sabe lo que alguien hace o no por él, aunque lastimosamente no haga uso de su derecho de mandarlo a freír espárragos cuando usted no está representando al colectivo que le dio su confianza.

Ya para hablar de como mandar a freir espárragos es otra entrada. Aunque les adelanto algo: Ver gente enmascarada, amenazante, que tiran palometas y gritan el "gorilas, hijos de p..." que cantaban en los 80's, me enferma. Ellos no vivieron esa época ( ni yo) y utilizan el término de "la revolución" para sus creencias mal fundamentadas en la violencia, la liberación del más bajo instinto animal y la tarupidez (mezcla de tarado con estúpido).

El lunes votamos. Y yo aún no me decido, porque quisiera tener la certeza de que alguno va a hacer algo antes que me gradúe. Ojalá hoy sí se pueda y no exista la triste necesidad que yo tenga que decir que mis universitarios, mis mal llamados revolucionarios, tampoco han aprendido la lección de la política.

No sé que sea la política, pero yo quiero concebirla como una ciencia basada en buena parte en lo que hacemos, proponemos, y necesitamos. Y que requiere de guías que orienten el camino hacia la construcción de algo más parejo, que entiendan que las tortas de lodo se quedan en la niñez y no para lanzarlas al otro partido para que se quede a medio camino. Quiero creer en una política que dé gusto, y que hasta me haga desequilibrar en mi decisión porque hay demasiadas opciones buenas.

A ver que pasa. Total, por hoy no me siento representada.

junio 15, 2011

Mini historias (2.0)

Era como un soplo indeciso entre brisa y respiración agitada la que sintió pasar cerca de su oreja. Recién amanecía en el cuarto de su apartamento y los libros entre guardados y consultados se dejaban hojear por esa imprecisa llegada de viento.

Amalia se levantó de inmediato a buscar entre sus cosas lo que había perdido sin saberlo pero que indudablemente sentía que le hacía falta. A pesar de colocar, desacomodar y volver a acomodar, no lo encontró. Era buscar lo inevitable, lo invisible ante los ojos vidriosos por tanta incomodidad.

Supo que le hacía falta la mirada aquella con la que se cruzó cuando regresaba a casa aquella noche, en la estación del autobús, justo a las 8:30 de la noche. Ella abordaba mientras esos ojos recorrían su rostro conocido sin haberse visto antes.

Era el reencuentro de dos almas destinadas.

Y sin embargo, no hubo más que el aliento depositado en el cristal de la ventana, mientras se alejaban de ella los dulces recuerdos de sus sueños, porque al desaparecer del horizonte y "volver a la normalidad", no hubo más opción que escribirlo en su diario, como cada tarde en el Deluxe.

PD: Esta vez cambió y no tomó un capuccino. Prefirió un té por una extraña razón que hasta hoy se desconoce.

PD 2: De nuevo, no estoy loca! =)

junio 12, 2011

Mini historias (1.5)

Amalia siempre pensó en lo que hubiese sido de no haber tomado las llaves del auto, manejar desesperada y herida y caer al abismo que le precipitó a su mortal destino.

No lo hacía desde que sus amigos le recomendaron no hacerlo. Al fin y al cabo, ya era historia.

Y aún así, al llegar al final, al instante en que juntó las manos de aquellos dos desdichados que eran felices en medio del dolor (o al menos así lo creyó) no se arrepentía de la decisión. Y volvía a tomar las llaves, a manejar triste y herida y caer al abismo que le llevó a entender una tan sola cosa: Que no era una muerte como las normales, ni como las de novela. Era un nuevo resurgir para ella, como uno de esos baños que se toman ante el apremiante clima caluroso.

Porque al hundirse y tocar fondo, pudo subir de nuevo y reconstruir las bases de una realidad que estaba estructuralmente deforme. Como arquitecta de su propia vida, ahora ríe con su café mientras observa como en el mundo, las cosas transcurren con su aburrida normalidad. Ellos aún no han descubierto lo que ella sí.

Ahora, Amalia está lista para volverlo a intentar.

junio 01, 2011

Crisis y 1° de Junio

Sí, yo sé que esa palabrita a nadie le gusta. A los matrimonios a veces les acarrea el divorcio, a los economistas les permite predecir pérdidas y a los que la vivimos en carne propia nos deja "lavados" en cualquier sentido: económico, alimentario, político, etc.

Y en nuestro ambiente hoy fue una palabrita que estuvo en boca de todos, desde el Presidente de la República, Mauricio Funes en su informe de segundo año de gestión hasta en la señora que vio el discurso y dijo que a pesar de la hora y minutos que habló él, ella seguía siendo afectada por la crisis. Y es que indudablemente, las crisis nos afectan, nos botan, nos contraminan y hacen de nosotros personas ansiosas por salir de ese agujero.

Yo soy una de las que no quisiera más crisis. Pero al pensar mi vida sin crisis, creo que es como una línea recta, sin cruces ni baches ni obstáculos que sobrepasar. Así como citan a Albert Einstein que diría unas palabras muy adecuadas para lo que deseo expresar:

"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".

Quien atribuye a las crisis sus fracasos y sus penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

Este texto nos fue entregado por un catedrático de la universidad. Y al leerlo, solté una sonrisa porque es el más corto indicativo de cuán cómodos podemos llegar a ser para la vida.

Al verlo de este modo, creo entender que hay que trabajar duro y seguir hacia adelante "como gato panza arriba" me dice mi padre cada día. No es una proclama de un movimiento donde nos veremos lo malo, pero estancarse en pensar que todo lo es, no ofrece también una opción viable para vivir. Creo que debemos entender que lo bueno, cuesta, que cumplir metas y sueños está en gran parte en sus manos y en saber aprovechar las oportunidades que vienen y que muchas veces uno no espera.

Yo puedo dar testimonio de eso y creo que también a usted debe haberle sucedido uno de esos atinos en que el tiempo- espacio le ha sido favorable. Si ya le ha sucedido y sabe que es posible, ¿por qué no trascender?

El límite está donde uno comience a poner los ladrillos de su muro personal. Ya no es hora de culpar a unos de la crisis o de juzgar que el otro no hizo nada por remediarlo, comencemos cada uno desde nuestra trinchera a hacer algo por nuestra vida. Haga las paces con su futuro, trabajando para que solo le traiga cosas maravillosas y satisfacciones, y si se cae, levántese y siga corriendo porque esa es la única manera en que saldrá de su cárcava personal. ¡Saludos!

PD: No estoy defendiendo la falta de políticas claras del gobierno ni el trabajo que haga falta en estos tres años que le quedan. Solamente =)