abril 23, 2014

El país de las mesas

Somos un país que se especializa en armar mesas para todo: política, economía, seguridad, deporte... Lo malo es que la carpintería figurativa se nos da poco y se desarman más rápido de lo que un grupo de personas decide "establecerla".

Al principio, creía en las mesas. De verdad que sí. Pero el tiempo y los hechos han demostrado (al menos en el caso salvadoreño) que no tenemos aún la madurez suficiente para no "darle vuelta" a la mesa cuando las cosas/decisiones/temas/conclusiones no nos favorecen o no nos parecen bien.

Pero no es solo el hecho de que la mesa se mantenga o se desarme a conveniencia de sus miembros. Quiero pensar que muchos ciudadanos también cuestionan lo referente a resultados (aquí no valen actas, declaraciones, pronunciamientos públicos, conferencias de prensa al final de una reunión y ese tipo de cosas). Acciones reales y efectivas. Quizá no la solución con solo chasquear los dedos, pero al menos, un primer paso para solventar el problema que los hizo sentarse a discutir.

"Somos una democracia joven", dicen. Quizá el chispazo más reciente de "democracia" (Acuerdos de Paz) que conocemos lo sea, pero ya estamos (también los que están en ese montón de mesas) bastante creciditos como para aprender a dialogar y a veces ceder, con tal de que las cosas avancen. Por aquello del patriotismo, aunque no sea 15 de Septiembre.

PD: Voy a entablar una mesa para decidir los temas de los que publicaré en el futuro. No se extrañen, entonces, de no ver entradas tan seguido. Saludos.

abril 15, 2014

Un kaizen

Les advierto que estas son ideas de una noche de martes lleno de emociones mezcladas.

Una vez advertidos, déjenme contarles que hoy inician mis vacaciones. Esperadas como no tienen idea. Y hay cosas en muchos ámbitos de mi vida que apuntan hacia una sola dirección: La necesidad de efectuar un kaizen a pequeña escala.

¿Un kaizen?, me dirán. Sí, un kaizen, un cambio, una "mejora continua", la capacidad de reinventarte cada día (ya escribí un poco de ésto antes) y de ser mejor, dando un paso a la vez y cumpliendo pequeñas metas que se convierten en cambios positivos.

Que uno debe ser uno mismo, dicen. Les doy la razón, y al mismo tiempo, les recuerdo que somos humanos con la capacidad de repararnos, de crearnos a la mejor imagen y semejanza de aquel que consideremos como nuestro Creador. Que somos seres llenos de tanta luz, que en un mundo de oscuridad, no podemos ser egoístas y no compartir ese brillo que es opacado por tonteras.

Y bueno, desde hoy por la noche empieza mi "mini kaizen". Poco a poco espero mejorar algunas cosas de mí, que aunque pequeñas, le ayudan a uno mucho y les contaré como me va en este propósito, aunque a veces necesitará de silencios y de concentración absoluta. Quien quita y luego ustedes se animan :)

Saludos,

abril 08, 2014

Antesala y un trisílabo (doble entrada)

Buenas... Por ser una fecha especial, voy a postear doble (en realidad, el segundo tema ya lo tenía desarrollado y hay que aprovechar)

En primer lugar, quiero hablarles de las antesalas. Yo no soy amiga de ellas.

Hoy fue uno de esos días. Es quizá porque soy su enemiga, que las antesalas se me complican un poco, surgen eventos inesperados, situaciones apremiantes que requieren de ingenio, de empeño, de imaginación para superarlas y aunque sea rascando, salir adelante. Dicen mis conocidos que es cuestión de voluntad.

Quizá no me gustan los antesalas, ni los días "pre", ni el día antes, porque sé que todo acabará al día siguiente. Porque las situaciones felices de las 24 horas siguientes parece que no serán suficientes, y porque debe uno esperarse otros meses, años o décadas para que vuelvan a suceder.

Pero este año, quizá sea la excepción.

Ciertamente la antesala a los 24 ha sido complicada a su manera. Complicada, pero realmente educativa en el oficio del periodismo y en la vida misma. Y siento que las alegrías de las próximas 24 horas serán duraderas porque precisamente, he aprendido en este año, el valor del tiempo, de una amistad sincera, del cariño a veces tosco pero real, de aquellas personas a las que inexplicablemente, les abrís un espacio en tu corazón y se vuelven habitantes permanentes.

He aprendido que las cosas que valen las tengo permanentemente y que me veo chula sonriendo (modestia aparte, jaja). Y que Dios me ha dado tanto, que no se puede estar más que agradecida, incluso, por las antesalas.

Pero, en esta oportunidad, hay un segundo punto.

Lo siguiente ya lo tenía escrito desde hace muchos días, pero hasta hoy verá la luz. Es solo algo que debía ser escrito. Ahí les dejo:


Tengo un trisílabo atorado en el pecho (y lo peor es que él no sabe que lo está)
se metió por alguno de esos huecos que dejé descuidadamente cuando olvidaba
y se escondió, temeroso de que lo expulsara.

Poco a poco, llenó de luz el espacio
y fue diciéndome el corazón que ya no había más lugar
y que debía empezar a sacar lo innecesario (obviamente él no se fue, se quedó. Y parece que no quiere salir)

Hoy obstruye los pasos fronterizos entre mi ser y el aire
y genera suspiros continuos
y no sabe que su presencia lo invade todo, y que estoy feliz de que así sea.

Tengo un trisílabo atorado en mi mente
lo atesoró entre mis manos, lo llamo entre mis silencios
esperando que en un segundo, escuche
y siga sonriendo como siempre
y encienda con las letras de su nombre, un nuevo comienzo.

¡Saludos! ¡Qué rico volver a escribir en este espacio!