marzo 25, 2012

Los inconformes

Había una vez, un país inconforme, lleno de gente (obviamente) inconforme. Ya no querían ser humanos, no les bastaba. Buscaban cada vez algo más para satisfacer su necesidad, o para llenar ese vacío que les causaba el hecho de no darse cuenta de los pequeños detalles que les rodeaban, y que harían de sus días, algo menos rutinario que marcar la entrada a la oficina a las 7:30 AM (sino, les caía descuento..)

Y que bueno, que en este país de inconformes, hicieras o no las cosas, siempre estaban en desacuerdo. Que si no hacías nada y dejabas que los niños quemaran cohetes a diestra y siniestra, que eras un irresponsable. Y que si empezabas a querer regular la venta de cohetes, que eras un Satán anti salvadoreño, mata costumbres y tradiciones.

Que si no controlabas en temporada vacacional, las muertes iban para arriba y era todo tu culpa por no ponerte bien los pantalones. Y en cuanto apretabas el cincho con algunas restricciones, que te parodiaban en las ciento y tantas radios diciendo que eras un troglodita, que no sabía eso de que "a las 5 pm es la hora que cae más rico el baño en el mar".

Total, que nunca quedabas bien.

Y no era, porque todo lo que hicieras estuviera bien o estuviera mal en este país de inconformes. Decían que "la masa" no lo era más. Y que eran más críticos.

Pero al ver, que una y otra vez este pueblo de inconformes no aprende a señas, ni a pura historia, te quedás pensando en cuál es el método... Cuál es la fórmula secreta, el brebaje, el conjuro que haga que de una vez por todas, dejemos los cantos de protesta y tomen acción nuestras ideas de un país mejor. Y no quejarse tanto.

Y digo, que por escribir, no se muere uno, Ni por soñar en que el país de los inconformes se dé cuenta de que tiene deberes y no solo derechos. Que a veces se necesita "zocar la pita", y a veces ser más flexible, dependiendo de la situación. Y que, bueno, seamos críticos pero de forma inteligente, para que valga la pena quedarse sin voz por las causas que de verdad, queremos y vale la pena defender.

PD: Y en el país de los inconformes, todos vivieron eternamente infelices, porque siguen sin encontrar un motivo en la vida, que les haga sonreír de vez en cuando, pese a la realidad que les rodea. Usted, lector búsquelo, porque si bien la realidad es "jodida", si nos estancamos en pensar eso, nadie va a llegar a sacarnos de ese huraco...

Saludos!!