abril 23, 2014

El país de las mesas

Somos un país que se especializa en armar mesas para todo: política, economía, seguridad, deporte... Lo malo es que la carpintería figurativa se nos da poco y se desarman más rápido de lo que un grupo de personas decide "establecerla".

Al principio, creía en las mesas. De verdad que sí. Pero el tiempo y los hechos han demostrado (al menos en el caso salvadoreño) que no tenemos aún la madurez suficiente para no "darle vuelta" a la mesa cuando las cosas/decisiones/temas/conclusiones no nos favorecen o no nos parecen bien.

Pero no es solo el hecho de que la mesa se mantenga o se desarme a conveniencia de sus miembros. Quiero pensar que muchos ciudadanos también cuestionan lo referente a resultados (aquí no valen actas, declaraciones, pronunciamientos públicos, conferencias de prensa al final de una reunión y ese tipo de cosas). Acciones reales y efectivas. Quizá no la solución con solo chasquear los dedos, pero al menos, un primer paso para solventar el problema que los hizo sentarse a discutir.

"Somos una democracia joven", dicen. Quizá el chispazo más reciente de "democracia" (Acuerdos de Paz) que conocemos lo sea, pero ya estamos (también los que están en ese montón de mesas) bastante creciditos como para aprender a dialogar y a veces ceder, con tal de que las cosas avancen. Por aquello del patriotismo, aunque no sea 15 de Septiembre.

PD: Voy a entablar una mesa para decidir los temas de los que publicaré en el futuro. No se extrañen, entonces, de no ver entradas tan seguido. Saludos.

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