Siento (ahí vamos de nuevo…) que no será fácil. Empiezo a armar una maleta con lo indispensable y siempre tiendo a meter en ella aquellas cosas que no necesito más, pero que deseo conservar.
Pienso, en hacer o no, espacio para los recuerdos de ese lugar. Decido que podrán ir, pero serán fragmentados para quitarles la carga simbólica y emocional (😒) que me tiene armando esta maleta.
Le dejo espacio a una libreta, porque nunca se sabe cuándo llegará la inspiración.
Un par de audífonos para aislarme de todos en menos de diez segundos.
Algunas golosinas, porque las penas con pan son menos.
Y para la satisfacción de saber que pese a todo, lo intenté.
Y fallé y dolió. Pero lo intenté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario