julio 24, 2024

24 de julio (una reflexión)

A veces creo que vivo de manera permanente frente a un espejo que me hace verme desde que me levanto hasta que me acuesto de nuevo.

En este espejo pasan muchas cosas:
-Distorsiona los recuerdos
-Hace ver cóncavos los momentos de estabilidad y convexos los tiempos de incertidumbre
-Me hace, en apariencia, más grande o más pequeña
-Dice lo que quiero pero no me atrevo a decir

Es un espejo convencional, no es único y diferente. Y sin embargo lo he vuelto tan mío que el reflejo que yo miro es diferente al que ve el resto de personas que pasan de largo, mientras lo admiran por ser tan claro y tan preciso en dibujar mis formas, mis ideas y mis emociones.

Es un espejo que se adapta a mis circunstancias de tiempo y lugar: Me acompaña en los escenarios más grandes y en los rincones más pequeños de mi existencia, y siempre está disponible para que, al mejor estilo de la madrastra en los cuentos de hadas, lo llame para pedirle que me engañe. Pero, spoiler alert, nunca me engaña.

Ahora mismo nos observa a vos y a mí. Veo de reojo y te distingo claramente, tal como siempre te he visto (y admiro una vez más su precisión).

Pero no encuentro mi reflejo. Paradero: desconocido.

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