Mi mente suele empeñarse en temas sin sentido.
No es antojadizo. Al menos no conscientemente. Soy la principal abogada de las causas perdidas.
Dicen que es porque soy Aries. Yo creo que solo se debe a que soy una humana en busca de muchas respuestas a preguntas “trascendentales”.
Me confundo fácilmente. Soy medio ciega en lo que respecta a los propios sentimientos y 100% sorda ante los consejos que me dan para no arrojarme hacia el abismo.
Tengo temporadas, como las frutas, en las que aparento madurez. Y otras en las que me dejo caer de las ramas más altas para ver si así despierto cuando sueño con los ojos abiertos.
No es que sea malo soñar. Es solo que luego no sé qué hacer con esos sueños ni dónde almacenarlos. Porque a veces solo se puede hacer eso: Soñar lo que luego no puede conservarse.
No es una indirecta, lo prometo. Es solo que tenía ganas de llorar y mejor me puse a escribir.
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