septiembre 20, 2024

Decisiones

Me cuesta mucho tomar decisiones. Por eso me he vuelto promotora de los listados de pros y contras.

En caso de dudas, siempre es oportuno visualizarse en los potenciales escenarios, tratando de no sobrepensarlos (sí, dije “tratando”), y escuchando a esa voz interior que en muchos casos resulta ser más sabia de lo que uno cree.

Hay decisiones, eso sí, que requieren más análisis que un listado y otras cuya respuesta es meramente intuitiva. Últimamente me he encontrado con muchas de esas decisiones en las que debes confiar en nadie más que vos y lo que tu instinto te dicta.

Resulta que me ha salido bien (contra mis pronósticos). Suelo subestimar el poder de mi intuición para prevenir desastres potenciales y agradecerme por elegir confiar en mí.

En mis listados suelo incluir ítems de carácter físico, emocional y espiritual que pueden modificarse dependiendo de la decisión que tome. Por lo general, son los emocionales los que suelen estar en mayor riesgo.

Con el tiempo he descubierto que es mejor guardarme mis decisiones hasta que el efecto de las mismas se manifieste, porque de alguna forma eso previene que factores externos intervengan en ellas. Y es que a veces, las decisiones solo necesitan un poco de discreción para seguir su camino natural y cumplir con su parte para aquellos que tienen la valentía de tomarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario