Era una noche lluviosa y tranquila, pero Amalia no lograba dejar su mente en blanco. La rodeaban muchos pensamientos al igual que el resto de noches de aquella semana.
Muchos pensamientos eran, mas bien, preguntas para sí misma, cuyas respuestas implicaban aceptar verdades incómodas y recibir repreguntas aún más difíciles.
Afortunadamente, era buena para rodear y evitar momentos de este tipo, por lo que siguió la ruta acostumbrada para evitar preguntarse y responderse aquello que tanto ocupaba su mente.
Sin embargo, no se dio cuenta, hasta mucho después, de las filtraciones que comenzaban a producirse en su hogar. Fue entonces cuando cayó en cuenta de que no siempre se puede dejar de enfrentar algunas cosas porque aunque comiencen siendo solo un pequeño inconveniente, siempre pueden acabar como algo aún mayor. Algo que impacte. Algo que dañe.
Shit happens sometimes, recordó.
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