agosto 06, 2024

Suposiciones

No suelo colocarme, conscientemente, en posiciones de vulnerabilidad. No obstante, creo que hoy lo amerita un poco porque quiero/necesito hablar hoy de esto.

Supongamos que reconozco y abrazo mis capacidades y también las cosas que aún no he aprendido a hacer (pero quiero hacer). Supongamos, porque en la vida real no es siempre así y lo más fácil ha sido siempre arrojar piedras y responder con agresiones a la persona que posee esos matices (o sea, yo).

Supongamos, por un momento, que logro creer en el libro entero de afirmaciones que tengo, que logro hacer mías esas palabras sin caer en el “positivismo tóxico” que inunda cada esquina en estos días. Sigamos suponiendo, porque siempre ha sido más fácil elegir otras palabras, no precisamente las más favorables para lograr el objetivo de vivir un poco más tranquila y menos enferma (literal y figurativamente hablando).

Supongamos, finalmente, que puedo encontrar las respuestas a los cientos de preguntas que me hago todos los días. A los cuestionamientos, a las dudas, a las inseguridades, los miedos y los remordimientos. 

Digo supongamos porque aunque son una carga muy pesada, sigo negándome a soltarlos y por ende, van conmigo donde sea que vaya y a toda hora. A veces llenan todo el espacio existente de mi mente y aunque me canse de pensarlos, siguen ahí (porque yo no los dejo ir). 

Hoy he pensado en que es mejor dejar de suponer y aceptar que están ahí para convivir con ellos. Pero me queda mucho por saber, por ejemplo: Cómo convivir con ellos sin que se conviertan en los terratenientes de esta casa.

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