agosto 22, 2024

Oráculo

El reloj marca las 8:10 p.m. Se hace tarde para cumplirse el oráculo que se me presentó en los sueños, pero tendré esperanza hasta el último minuto del día.

Hace calor y el ventilador no da abasto. Se escuchan los carros pasar uno tras otro, pero sigo a la espera del sonido particular que hace aquel vehículo en el que viene el oráculo que se me presentó en los sueños anoche.

Mis perros respiran agitadamente y me miran fijamente, esperando por si mi siguiente movimiento pretende tomarlos desprevenidos. Pero el factor sorpresa no es lo mío, ni lo de aquel oráculo, cuyo vehículo hace un sonido peculiar que lo distingue de entre el resto.

Decido entonces sacar una cerveza para que el tiempo de espera sea, en apariencia, más corto. Tomo una lata y el sonido al destaparla se sincroniza con el que de aquel vehículo que he estado esperando. La piel se me pone de gallina. Una parte de mí pensaba que no llegaría.

Los perros ladran
La luz se enciende
La puerta se abre
Las dudas se disipan
El oráculo se ha cumplido en tiempo y forma
Me pregunta si lo estaba esperando. Decido negar con la cabeza, porque mi voz decidió tomarse el día.

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