Hoy está de moda el establecimiento de pactos, mesas de diálogo y acuerdos en compañía de botellas con agua, cafecito y revistas para que la espera no sea tan larga (en apariencia).
El de los buseros la semana pasada fue uno de ellos. Tanto cambio por hacer me parecía increíble, hasta que un par de días atrás me subí a un bus con el techo y asientos flojos, lleno hasta que, probablemente por el calor de tanta gente, se dilató y las filas de gente parada ya no se sentían tan apretadas.
Mientras los señores empresarios discutían en una mesa, una amiga se bajaba apresuradamente de una unidad de la Ruta 38. Se prendió en llamas en pleno viaje, y no les quedó más que bajarse a cambiar de bus; era lo más lógico, quizá lo único que podían hacer.
Mientras se espera que se cumplan, siguen sucediendo accidentes. La inseguridad sigue reportándose en las unidades (me diría Genaro: Pero ese es problema de la policía), ahh pero le cuento que algunos (no todos) de sus trabajadores están de acuerdo con algunos ladroncillos para repartirse el botín que salga entre todos los pasajeros de un viaje...Uno de mis compañeros de estudio fue víctima reciente del robo de su bolsón. Si es algo "pequeño", pero robo al fin.
Créanme, como persona y pasajera les quiero tener fe... Pero ayúdame que te ayudaré.
PD: Por cierto, tengo ganas de tratar un tema que después de chorromil años por fin está en agenda: La cuestión del Bajo Lempa vista de una manera más integral que el problema anual de inundaciones en invierno. Vamos a ver cómo lo abordamos, ya que investigamos junto a otros compañeros este tema el ciclo anterior y quedé sorprendida. Saludos ^^
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