Octubre es un mes complejo en mi vida. Muchas cosas han pasado, en diferentes años, que han ido marcando de alguna u otra forma mi vida y mi forma de ver el mundo.
Quizá la primera que tengo en mente es un retiro al que fui estando en bachillerato, convencida por una monja a la que siempre quise mucho porque lejos de ser convencional, siempre supo escucharme y aconsejarme. En ese retiro me di cuenta que, aunque pensaba que tal vez sí, no venía hecha para una vida dedicada al 100% a la religión. Siempre se me dio más cuestionar.
Eso me lleva a un segundo recuerdo: En un mes de octubre iniciamos un proyecto radial con algunos de mis mejores amigos en la universidad donde estudié Periodismo. Descubrí que no me había equivocado al elegir la carrera con todo y los peros de mi mamá, y que la música puede transmitirte un montón de emociones. Sin saberlo, ahí conocí también a quien, mucho tiempo después, se convertiría en mi esposo.
Mi tercer y cuarto efeméride del mes es agridulce. Ya lo he expresado en otras entradas, aunque quizá no con la capacidad que ahora tengo: una semana antes de mi boda, que también fue en octubre, mi papá murió.
Ahora, no puedo evitar ponerme sentimental cuando voy a bodas y veo a las novias bailar con sus papás: es algo que no tuve la oportunidad de vivir, y aunque peleé mucho con todo lo que pasó y cómo pasó, he llegado a encontrar un poco de paz y de consuelo. Quizá nunca entienda el porqué, aunque a veces creo que él me diría que sencillamente, era lo que tenía que pasar. Así, sin mayor explicación o lógica al alcance de mi entendimiento humano.
Estoy justo a las puertas de que se cumpla el tercer aniversario de su partida y siempre este periodo viene lleno de emociones. Este año, también ha venido lleno de noticias, de cambios.
Y obviamente mi cuarto recuerdo, que es con mi esposo, es uno de esos que atesoro sobremanera. Él me ha enseñado sobre paciencia, sobre autenticidad y sobre todo, ha estado ahí conmigo cuando las cosas se han puesto más difíciles. No han hecho falta muchas palabras: Su sola presencia me transmite una paz increíble.
Con todo ese contexto, me pregunto qué otras cosas puedo esperar de los octubres que me queden por delante. Pero luego recuerdo que con seguridad solo tengo este día, este momento de octubre y se me pasa.