marzo 08, 2010

Día (s) de la mujer, tomo 2

Empezó su día, justo a las 5:30. Debían llegar temprano para, de igual forma, regresar lo más pronto posible.

Los "micros" ya pasaban llenos, pero logró un asiento para ella y su acompañante. Un milagro relativo en una hora pico en el día necesario. Al llegar a su destino, sintió una corriente fría y se aseguró el abrigo. Caminaron entre los paquetes de periódicos recién llegados al canillita... "Tu turno", decía uno. Esperaba escuchar pronto esa frase.

A pesar de ser "el día", los caballeros que le precedían no cedieron el espacio... Aunque la sangre emanaba sin parar, la fila se respetaría... "Ni modo", titubeó. Su acompañante, sentada, leía y mantenía una conversación amena... El celular era indispensable como estrategia anti aburrimiento.

Casi una hora después logró salir directo a otra fila. Tardaría poco más de media hora para acabar con la primera jornada de esa mañana. El reloj marcaba las 8:50, y, tras un frugal desayuno, regresarían al lugar (esta vez, a la segunda planta).

Una, dos horas... El tiempo parece sumergirse en una dimension donde, el único que lo siente eterno, es el cliente. Ellas lo sabían y aunque, se consideraban listas, el cansancio y aburrimiento les pasaban factura. Contaban personas, o lamparas, o la cantidad de mujeres embarazadas que se estacionaban enfrente. Los alojados en el útero seguro corrían como el conejito de Alicia, desesperados por la falta de tiempo para que su mami fuese atendida... Y es que hasta ellos logran ser desesperados. Creo que cualquiera.

A las 11:40 casi clamaban libertad. Pero volver a una fila interminable de gente reprimió sus gritos. Esperar ya era costumbre, tediosa, por cierto. Un chico jugaba con sus piernas, la niña bebía agua gota por gota, un bebé jugaba a ser bombero con el extintor, las burbujas procedentes de un juguete... La anciana sentada justo enfrente, semi dormida... En el punto 12 del día...

Sonrieron cuando una pequeña de vestido blanco, cansada de esperar, elevaba los brazos al cielo en señal de victoria al escuchar su nombre en la ventanilla 4, pues su jornada terminaba. Para ellas, sería media hora más; y sin embargo, al salir, un rayo de sol cómplice parecía respirar en grupo, el aire fresco del "EXIT". Era la 1:00pm.

PD: Bonita celebración me tocó hoy en la mañana junto a mi abuela, en el Seguro Social de San Jacinto. Por favor, paciencia y eficiencia!!! =) Logré contar 50 lámparas, por cierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario