marzo 20, 2025

Sensación

A veces es una sensación que se torna desoladora, irónicamente, cuando ves el vaivén de las copas de los árboles a través de uno de los pocos accesos de luz natural que tenés al alcance.

Sabés, casi con absoluta certeza, que no has sido el primero ni serás el último en convivir con esa sensación. Pero eso no sirve de consuelo en ocasiones y lejos de ello, la hacés una sensación muy personal, con los matices que solo es posible impregnarle por estar vivo y haber vivido lo que algunos consideran una vida (o media, dependiendo a quien le preguntés).

Creo, en el momento más lucido que las lágrimas me han cedido, que debe ser hasta cierto punto una sensación sana: una que te recuerda que la vida no es lineal, que te enseña a cuestionar tus absolutos, a repasar tus prioridades y a repensar en el concepto “vivir” y su asociación con el movimiento rápido… y más bien, valorar la lentitud, la paciencia, la perseverancia… el intento.

Me refiero, por supuesto, a la sensación de que el mundo sigue avanzando sin mí. Y de que yo estoy perdiéndome de todo.

Pero a fin de cuentas, ¿qué es todo?

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