febrero 23, 2025

Febrero 2025

Necesito abrazar a mi dolor. Y no es una cosa fácil, porque en principio, querría que no estuviese aquí.

Desde hace ya un tiempo advertía su presencia, pero me negaba a aceptarla. Habían muchos indicadores, demasiadas señales básicas ignoradas.

Y aquí estamos, él y yo frente a frente en una situación inesperada, en medio del ruedo donde la audiencia me pide aceptarlo, pero yo me sigo negando.

La sensación es parecida a la de hace unos años: Es un dolor con más síntomas de temor: Temor de volver a cometer los mismos errores porque en el fondo, siempre veo hacia otro lado, en lugar de plantarme y poner un alto.

Pero hoy ha de ser diferente, porque me cansé de este dolor que, aunque genuino, es innecesario. Buena parte de su poder (sino todo) está en mi mente.

Doy un paso al frente y le digo que esto debió suceder hace mucho tiempo, lo de despedirnos, pero que suelo aferrarme por alguna razón que no logro definir.

Le doy las gracias por lo que me ha enseñado y por los momentos gratos que han surgido dentro de todo su caos, pues como todo, también el temor tiene su lado bueno. Y lo he conocido, pero se ha agotado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario