febrero 25, 2018

La importancia de fallar

-Nada nuevo bajo el sol, ¿verdad?- preguntó Amalia al aire. El café estaba vacío esa tarde.

-¿Has pensado en lo que es el amor?- escribió, mientras tomaba un sorbo de su té.


-Una pregunta contradictoria en sí misma, dirán los puristas que concentran el amor en el corazón y el odio en el hígado. Me confieso una purista reformada con tu ayuda.

Con vos, he podido redescubrir conceptos como el de la seguridad, la compañía y el apoyo incondicional, que no son simplemente para los mejores momentos, sino sobre todo para los peores. 

Con vos he podido encontrar el amor en acciones cotidianas como la preparación de una pizza, en el cruce torpe de dedos cuando no sabemos cómo tomarnos de la mano y en la sana práctica de dedicarnos miradas y palabras, de regalarnos tiempo y agradecerle al otro por elegirnos. El amor que demuestra una sonrisa o un profundo silencio mientras lloro, o el amor que requiere estar por propia voluntad defendiéndome y deteniéndome mientras el mundo a mí alrededor se desmorona y hace falta ayuda que nadie está dispuesto a dar. 

Es el curso de las cosas, una premonición, un dulce pálpito como dice Gustavo

Tu amor, que se traduce en decirme que todo va a estar bien y en abrazos fuertes que se recuerdan y confortan en los días que no estás. Que se plasma en cada risa, en cada suspiro, en cada palabra, en cada semáforo en rojo cómplice, en cada doble paso paralelo, en cada mensaje, en las llamadas, en los "te quiero", en los lentes que chocan, porque las cosas que se hacen con amor, dicen, son las mejores.

He sentido que tu amor está siempre en cada momento, en todo lugar. Que su alcance supera, literalmente, un océano de distancia, que trasciende el mundo de los sueños o que se encuentra a escasos metros cuando te veo de nuevo en mis recuerdos caminando hacia mí con los tulipanes que siempre soñé recibir, consciente de la felicidad máxima de saber que luego de tantos tropiezos, llegó el amor en su mejor versión. Llegó la persona correcta.

Y pensar que iba fallar tantas veces para reconocerte claramente...- Dominique interrumpió su carta.

-Amalia- susurró- Él está aquí.

Y entonces se miraron fijamente. Él le sacó la lengua (como hacía cuando la veía como la primera vez) y ella le devolvió una sonrisa mientras tomaba sus cosas y se iban al encuentro de una nueva aventura juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario