A veces significa regresar para desatar nudos que nos detuvieron, que nos estancaron. Casi siempre, implica apartarse del camino del confort y atreverse a conocer y hacer cosas nuevas.
Uno nunca sabe cuándo volverá a acostumbrarse a un nuevo aprendizaje. Pero hay una variante más difícil que el resto en esta línea: Desaprender un sentimiento, que no es una costumbre, que no es un aprendizaje académico. Que se siente y ni modo.
Es, por ejemplo, extraño ver una sonrisa de forma continuada, el brillo de unos ojos y luego no saber nada de esa persona.
Es extraño contar dudas, miedos, pesadillas o sueños o logros o alegrías a ciertas personas y luego saber que esas personas no están más ahí para escucharte y darte su atención o sus palabras o sus consejos.
Ni se diga de saber que uno piensa en esas personas y las extraña sabiendo que a ellos no les pasa lo mismo.
Pero al final, debe hacerse. Hay que aprender a soltar.
No obstante en el proceso, como dice Alex, take it easy. Y así.
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