abril 09, 2025

Decisiones

¿Se aprende en realidad a vivir con el peso de las decisiones que uno tomó? ¿O sencillamente uno recuerda el efecto de esas decisiones y trata de lidiar con ellas cómo puede cada día?

Las decisiones que tomaste sin pensar son fantasmas que te persiguen e inevitablemente te encuentran en otra parte del camino (no necesariamente adelante). 

A veces sus efectos te contraminan y te empujan unos pasos hacia atrás para que, regresando sobre el camino, podás revisarlo todo, no desde una posición de superioridad por haberlo ya vivido, sino desde una posición donde tratés, sin juzgar, de entender lo que ha pasado. Y asumirlo.

Cuesta, pero se entiende en algún momento de la vida, que las decisiones, al fin y al cabo, son fotografías de un momento. Y que aunque parezca que van tropezando una tras otra, no llegan a definir del todo la complejidad de tu ser. Por eso no se puede dejar que una decisión, una sola, lo defina todo.



abril 08, 2025

9 de abril de 2025

A veces lo único que se celebra es la supervivencia.

Generalmente no se es consciente de ello, pero al hablarse en voz alta, uno descubre que el mayor mérito de los últimos 365 días (366 si es año bisiesto), ha sido mantenerse de pie: a veces, manteniendo el equilibrio en un pie o apoyándose en dos muletas que hagan las veces de soporte cuando te tiemblan las rodillas por inestabilidad.

Hoy se cumple uno de esos años.

Aún sigo con la incertidumbre de saber cómo se sobrellevan los efectos de una plastía de ligamento cruzado anterior con meniscectomía parcial medial, excisión de plica y sinovectomía en el mediano y largo plazo, pues por más que le he preguntado a ChatGPT, no he obtenido una respuesta uniforme, definitiva y que me haga sentir certidumbre sobre los días y meses siguientes.

En el corto plazo he de decir que es un trance doloroso y un reaprendizaje forzoso para retomar la marcha luego de que algo (el LCA) se ha roto (al igual que muchos de los planes que uno hace sin saber que no los vas a poder ejecutar en el tiempo que querías y bajo las condiciones que querías).

Dentro del mismo dolor, he encontrado avances pequeños, personas que acompañan al proceso y momentos en los que he reconocido y agradecido lo que antes daba por sentado (lo que había “normalizado” como dicen hoy en día). 

He perdido momentos y experiencias en el mundo exterior, sin duda, pero he ganado otras estando en el claustro de mi hogar, porque mis momentos más significativos de las últimas semanas han sido las transiciones desde la inmovilidad completa hacia el uso de dos muletas y luego una y (desde ayer), ninguna.

Pero bueno, no quiero romantizar esto que me ha pasado y que es sin duda, un escenario no deseado. La idea era expresar que, en este nuevo año de vida, lo que agradezco es tener la capacidad y la oportunidad de escribir lo que quiero en este espacio. Y me agradezco porque a pesar de las diez mil medicinas, la cirugía, los vómitos, el miedo, los desequilibrios, la fisioterapia y las lágrimas, sigo aquí intentándolo.